domingo, 26 de octubre de 2008

La ley de Bode

El primer domingo de este mes, "el núcleo duro" en nuestra búsqueda de placer culinario, nos aventuramos a visitar un restaurante que nos habían recomendado unos compañeros, una tarea pendiente que tenía en la agenda desde hacía un año. Se llama "Collados de la Sagra" y está cerca de la Puebla de don Fadrique, donde limitan las provincias de Granada, Jaén, Albacete y Murcia, en un extraordinario paraje natural al pie de la Sierra de la Sagra.

Valió la pena recorrer los cerca de 400 km que tuvimos que hacer ese día. El excelente restaurante y el complejo, merecen el primer premio turístico que les otorgó la Junta de Andalucía hace 8 años. Con la dosis de hedonismo y sibaritismo que acostumbramos "chutarnos" antes de estos eventos, fue fácil llegar al "órgasmo gastronómico". Para bajar el efecto del gin-tonic con que nos obsequió la casa, nos dimos un paseo por el entorno, uno de los lugares con menos contaminación lumínica del sur de España. Por este hecho, cuenta con un observatorio astronómico, dependiente del de Mallorca.

Mientras Marta se tumbaba al sol (cuando se muera se quiere reencarnar en piedra con lagartija), Fito y yo nos fuimos a conversar con los dos astrónomos de guardia. Nos contaron que la noche anterior habían descubierto y catalogado varias decenas de asteroides, siendo éste su principal objetivo en los seis meses que llevaban recluídos en el recinto, lejos de sus Baleares natales.

Al salir, nos sentamos a observar la Sagra, entre la cúpula y los módulos de observación con techo motorizado. Y claro, fue el momento de hablarle a Fito de una lectura nocturna que tenía fresca y que tiene mucho que ver con el descubrimiento de los asteroides, la ley de Bode, que ni es una ley, ni es de Bode.

La publicó el alemán J.D.Titius en 1766, en una nota al pie de página de un libro que tradujo. En 1772, J.E. Bode (izda.), director del Observatorio de Berlín, la dio a conocer en un libro de introducción a la Astronomía, sin citar a Titius. Por eso también se conoce como ley de Titius-Bode.

Es una regla simple que relaciona el número de orden de la órbita del planeta con su distancia al Sol. La ley original era:

donde n es el valor que toma cada planeta según la sucesión: 0, 3, 6, 12, 24, 48, 96, ... (y así doblándose), mientras a es la distancia de ese planeta al Sol en unidades astronómicas (una ua es la distancia media de la Tierra al Sol, 149.597.870 kilómetros).

Urano se descubrió ya en 1781, a 19,18 ua, un valor tan ajustado a la Ley, que le dio mucha veracidad.

Planeta n Bode Real
Mercurio 0 0,4 0,39
Venus 3 0,7 0,72
Tierra 6 1 1
Marte 12 1,6 1,52
-- 24 2,8 2,8
Júpiter 48 5,2 5,2
Saturno 96 10 9,54
Urano 192 19,6 19,2
Neptuno - -- 30,1
Plutón 384 38,8 39,4

Como vemos en la tabla, faltaba un planeta a 2,8 ua del Sol. Se organizaron desde el año 1800, búsquedas sistemáticas a esa distancia, pues se pensaba seriamente que había un planeta por descubrir. En 1801 se descubrió Ceres, a 2,77 ua, de 1.000 km. de diámetro (la Luna tiene 3.476 km.), en 1802 fue Palas, Juno en 1804 y Vesta en 1807. Sus órbitas estaban aproximadamente en el mismo cinturón, entre Marte y Júpiter. Fueron designados con el nombre de pequeños planetas o asteroides. Hoy en día el número de asteroides en ese cinturón pasa de 100.000 y a la velocidad a que los descubren astrónomos como nuestros amigos mallorquines, a través de placas fotográficas, el número aumenta sin cesar.

Se pensó durante más de 150 años que este cinturón de asteroides eran los restos del quinto planeta que se había desintegrado. Hoy se tiende a pensar, conocidos los elementos primarios de su composición, que más bien se trata de un proceso abortivo en la formación de un planeta.

En 1846 se descubría Neptuno, pero violaba la ley, se encontraba a una distancia de 30 ua, cuando según a regla se debía de hallar a casi 40. Bode ya hacía 20 años que había fallecido, hubiese sido capaz de cambiar la ley o la órbita del mismo. En 1930 se descubrió Plutón que sí estaba en el lugar que debería haber figurado Neptuno.

Se ha comprobado que la ley funciona también con los satélites conocidos y que han podido formarse en un proceso parecido al de los planetas, así se ajustan a la misma, pero con una constante diferente, los satélites galileanos de Júpiter y las grandes lunas de Urano y Saturno.

Aunque la ley es empírica y no hay ninguna explicación teórica sólida que la demuestre, existen astrónomos que siguen creyendo que tiene que haber un planeta enorme a 77,2 ua. ¿Lo encontrarán?. ¿Se podrá también aplicar la ley a los planetas extrasolares?.

El 25 de agosto del 2006, la UAI (Unión Astronómica Internacional) acordó quitarle a Plutón la categoría de planeta, definiéndolo junto a Ceres como planeta enano.

lunes, 20 de octubre de 2008

La "estrella errante" de Lee Marvin

Cuando en abril de 1960, "The Beatles" tomaron su nombre de una frase de Lee Marvin en la película "Salvaje", no se podían imaginar que justo diez años después, mientras se desintegraba el grupo, ese actor neoyorquino con su ronca y rota voz, iba a desplazar al "Let it be" del primer puesto de las listas inglesas, con su temazo "Wandering star", cantado en la película "La leyenda de la ciudad sin nombre".

Aquí lo tenemos, traducido y todo:





I was born under a wand’rin’ star.
I was born under a wand’rin’ star,
Wheels are made for rollin’
Mules are made to pack,
I never seen a sight that didn’t look better lookin’ back;
I was born under a wand’rin’ star.

Mud can make you pris’ner and the plains can bake you dry.
Snow can burn you eyes but only people make you cry.
Home is made for comin’ from,for dreams of goin’ to
Which, with any luck will never come true.
I was born under a wand’rin’ star.
I was born under a wand’rin’ star.

Do I know where hell is? Hell is in hello.
Heaven is "Goodbye forever. It’s time for me to go."
I was born under a wand’rin’ star.
A wand’rin’, wand’rin’ star.

Mud can make you pris’ner and the plains can bake you dry.
Snow can burn you eyes but only people make you cry.
Home is made for comin’ from,for dreams of goin’ to
Which, with any luck will never come true.
I was born under a wand’rin’ star.
I was born under a wand’rin’ star.

When I get to heaven, tie me to a tree,
Or I’ll begin to roam and soon you’ll know where I will be.
I was born under a wand’rin’ star.
A wand’rin’, wand’rin’ star.

viernes, 3 de octubre de 2008

Las fases de la Luna.

Hace un par semanas, "El Núcleo Duro" tomábamos un mojito y hablábamos de cómo nos habíamos puesto como una "sopa" con la tormenta que nos sorprendió mientras visitábamos dólmenes esa misma tarde. Aproveché la primera pausa en el coloquio, y ... zas!!!, inicié mi tema astronómico del día, hablando sobre las leyes de Kepler (sí..., ya sé..., quizá no sea la conversación apropiada para un pub, pero ... ,es lo que hay!).

A por la primera ley, ¿qué es una elipse?, ¿qué son los focos?, ¿cómo se dibuja?, ... pues mojando el dedo y pintándola sobre la mesa. Para la segunda, aproveché un vaso, el tarrito de gominolas y el cenicero. Je, je!, .... ya mostraban interés mientras ponía el Sol, la Tierra y la Luna en órbita. Al explicar la tercera (todas se complican en progresión geométrica!), antes de aburrir a mi audiencia y perder mi turno, ya que le doy vueltas al tarrito, hablo sobre las fases de la Luna.

(Para ver gráficamente las leyes de Kepler, el mejor sitio que he encontrado es --> pincha aquí )

Les decía que si la Luna es nueva, está entre el Sol y la Tierra y no la vemos de noche ya que acompaña al sol. Si es Luna llena, está a 180º del Sol y no la vemos de día, sale cuando se pone el Sol. Si es creciente, está a 90º del Sol y la vemos al oeste (para ponerse) al principio de la noche, nunca de madrugada. Y si es menguante, no sale hasta la madrugada.

"Pues no!", asevera Marta, "yo he visto la Luna en todas sus fases, en todas las partes del cielo y a cualquier hora!". "Pero mira...", es lo único que me deja repetir. "Ahí te equivocas!", "la menguante se puede ver a cualquier hora!!!", "la tierra da vueltas y todos vemos todo!!!", "vaya tonterías que dices!!!", " ....", continúa ella. Fito se calla, no sé si porque lo entendió perfectamente a pesar de mi vaga explicación, por confianza en mí o por estadística, ya que aunque Marta suele tener siempre razón, cuando usa la vehemencia para discutir, es fácil que esté equivocada, aunque nos calle a los demás. Je, je, ...

En los siguientes dos días, seguimos con sms y conversaciones sobre el tema, hasta que le duele la cabeza (osea..., "da su brazo a torcer"). Es difícil encontrar algo en Internet sobre la hora del orto y el ocaso de la Luna según su fase. Ya en la entrada de la "wiki", nos aclara bastante y yo la llevo siempre encima, la suelo mirar, pero en aquella ocasión se me pasó. Al fín, encontré una imagen (de Mario Gaitano), que si nos detenemos a estudiarla nos aclara todo:



Podemos observar que al principio de su fase creciente, va muy cerca del Sol y se pone pocas horas después. En cuarto creciente llevará 6 horas de retraso. En Luna llena, justo 12 horas después. En cuarto menguante, saldrá 6 horas antes. Y en Luna nueva estará junto al Sol, si estuviera en el mismo plano, se produciría un eclipse de Sol, del que hablaré en el próximo artículo.

Ya aprovecho y pongo en la barra lateral un "gadget", así se llama, donde veamos la fase actual de la Luna.